¿Te duele el estado de la humanidad, del planeta, y de las evoluciones que aquí habitan?
¿Que haces al respecto?
Para que todo mejore y avance, comienza con cada uno de nosotros.
Hay que alinearse en pensamiento palabra y obra con el pensamiento divino, la palabra divina y, la acción divina, en la forma de servicio a su prójimo.
Piensas que de forma tan sencilla lo lograremos?
Es sencillo, sin embargo, se dice más fácil de lo que se logra. Hacer que nuestro pensamiento, palabra y acción coincida conlleva un proceso de auto observación. Porque llevamos siglos actuando desde el miedo y envolviéndonos en mentiras, piadosas o no.
Cuando hayamos logrado ser coherentes, entonces hay que hacerse uno con la voluntad de Dios. Y créeme, a veces es muy confuso si se lo dejamos a la mente.
Sin embargo, si acudes a la presencia de Dios dentro de ti, las cosas fluiran con mayor facilidad. Pronto elevaras tu vibración y, contigo la humanidad y el planeta.
Y cuando hablamos de prójimo nos referimos a tu familia, a tu amigo, a tu vecino, a un desconocido, a una planta o animal, o a aquellos objetos que consideras inanimados. TODO ESTÁ VIVO. TODO ESTÁ CONECTADO. No importa si sientes que estás listo o no para servir a tu prójimo pues cualquier cosa que hagas para ayudar a tu vecino en pureza no importa lo insignificante o pequeño que sea el gesto, te hará obtener asistencia adicional desde las alturas para un servicio incluso mayor. Lo que sale controla lo que entra pero, tienes que dar antes de que puedas recibir. Cuanto mayor sea el regalo mayores serán los regalos adicionales que atraerás hacia ti. A menudo multiplicándose por 10. Esto no sólo se aplica a los regalos monetarios sino particularmente se aplica a los regalos del propio ser.
Puedes ofrecer tu alegría, tu sonrisa, tu bondad, tu respeto, tu conocimiento y, muy importante: tu amor. El amor es la fuerza. Gracias por leernos, y mil bendiciones para tu vida.